Efectivamente estaba todo preparado a su gusto. El Amo contemplaba la escena complacido, una sonrisa iluminaba su rostro y una chispa riente de picardía y complicidad, que por supuesto que no podía ver su sumisa, enseñoreaba sus ojos, mientras a esa leve distancia dejaba pasar el tiempo, dejaba que la luz impregnara la escena, dejaba que las sensaciones fluyeran por su sumisa y también por su propio ser, que sentía lleno de leves músicas vibrantes…
Se acerca a su sumisa, coge la cadena, tira de ella, y empieza el ritual de forjar-doler-gozar-usar-sentir… Toma la cuerda colocada según sus instrucciones y con ella y tirando de la cadena acerca a su sumisa a un árbol frondoso con ramas bajas que parece presidir el claro. Procede lenta y metódicamente a atarla e inmovilizarla, con las cuerdas que hace pasar por una gruesa rama, de forma que ella queda con los brazos alzados, desnuda, expuesta y sin que nada estorbe el acceso del Amo a su cuerpo y a lo que está pensando hacer…
Aparentemente complacido, toma rudamente a la sumisa del pelo y tirando de el, deja un beso en sus labios… Ella parece sorprenderse y alegrarse a la vez, mientras un murmullo parecido a un siseo la recorre… ¡se diría incluso que un cierto ronroneo recorre su espalda…! Entonces, por sorpresa… el hace algo nuevo, toma un trozo de cinta de embalar y cierra los labios de su sumisa… que ahora está ciega y muda y se aleja unos pasos a contemplar la escena.
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Al fin, toma un látigo de cuerdas trenzadas y empieza a azotar a su sumisa, por todo su cuerpo, por sus nalgas, muslos, vientre, espalda… también sus senos, brazos… Su piel va volviéndose roja e incluso algún ramalazo púrpura cruza ese cuerpo, que se agita en silencio, aunque se escuchen jadeos y pequeños gemidos que no rompen, sino llenan la soledad que solo taladra el siseo del látigo.
Al cabo de un rato para… Pero para continuar ese ritual que sólo acaba de comenzar… Ahora toma una rama recta y ata los dos pies de ella a los extremos, de forma que queden abiertas sus piernas y expuesto su sexo… Seguidamente tensa las cuerdas que la sujetan y levanta mas a su sumisa, de forma que quede en tensión, e incluso algo en puntillas, aumentando su incomodidad. Y vuelve a parar, se aleja unos metros, dejándola sola… dejando que el silencio se enseñoree de la escena… ¡incluso los pájaros callan!... Pero no se aleja mucho, al rato hace ruido para hacer notar su vuelta y se acerca, toma ahora un látigo mas suave de múltiples tirillas de cuero y empieza esa vez a azotar el sexo y cara interna de los muslos de su sumisa… continúa por sus pechos, pero aumentando cada vez mas la intensidad, son picotazos leves que al aumentar su cantidad, aumentan también la intensidad de lo que se siente, hasta que ella ya no puede evitar moverse e incluso intentar evitarlos, quedándose varias veces colgada del árbol perdiendo el asidero de sus pies, incómodamente asentados… E incluso deja escapar gemidos que se escuchan pese a la cinta que tapa sus labios…El no interrumpe la cadencia y continúa, hasta que los gemidos y movimientos aumentan en intensidad, entonces deja el látigo, toma una rama lisa y flexible y azota muy dura y seguidamente a su sumisa en su trasero, como una forma de castigar ese movimiento y gemidos que se han escapado… Ella entiende, comprende e intenta callar pero un grito escapa al fin de sus labios tapados y las lágrimas desbordan sus ojos empapando la tela que los tapa… El para ya, vuelve a tomar el pelo de ella, más dulcemente esa vez, arranca de un solo tirón la cinta adhesiva y deja ahora un ardiente y mucho más cálido beso en esos labios…
ella…
Ella se abandona a su adorado Amo, intenta corresponder al beso abrazándolo, pero no puede, sigue sujeta al árbol y ella necesita ése abrazo y que la abracen, necesita no sólo sentir el beso, sino también el calor del cuerpo de su adorado Amo.
Está cansada y dolorida, pero sabe que la sesión en el bosque no ha hecho más que comenzar, que aún queda mucho de dolor-placer por venir y se refugia en el sabor del beso que ha recibido para descansar.
Su cuerpo es un caleidoscopio de sensaciones, una amalgama de todas ellas, difíciles de separar. Aún sigue con los ojos vendados, aún sigue sin ver a su adorado Amo, aún sigue expectante, aún añora poder verle, tocarle, abrazarle, besarle, aún sigue sin poder decirle, sólo mirándole, que toda ella es de El, que todo lo que siente es por y para El.
Tiene una sensación agridulce, está contenta, feliz, pero está triste también, ha llorado, ha mostrado su debilidad y eso la angustia…
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Parece entenderla… y de hecho la entiende y comprende pese a la ausencia de palabras… existe una rara simbiosis, una unidad en lo que piensan… nota su dolor, su lucha, la desazón por sus lágrimas que en cambio le son tan gratas en cuanto reflejan su Entrega que tanto valora.
Se prepara para dar más dolor; pero también para tomar una mayor Entrega: hoy será un día muy especial y lo prepara despacio: hoy superarán muchos límites, hoy romperá muchas resistencias, hoy ella llorará más que nunca… Pero hoy está notando también ese “darse” mutuo, de ella para su gozo, de El para tomarla… y se siente potente, pletórico, se siente duro y a la vez tierno… la romperá pero también le dará todo, se dará también… y a partir de esta sesión serán mas.